Luca Giordano
Nápoles,1624 – ib.,1705
Su estilo queda influido por varios pintores célebres como su maestro José de Ribera. De su crecimiento formaron parte los viajes a Roma, Venecia y otras ciudades y su evolución técnica quedó influenciada por artistas como Bernini, Rafael Sanzio, Tiziano y Pedro Pablo Rubens. Estuvo al servicio de encargos de altos poderes y ordenes religiosas como la decoración de la cúpula de la capilla Corsini en la iglesia del Carmen y la biblioteca del Palacio Médici Ricardi, ambas en Florencia. En el territorio Nacional, participó en la decoración de murales en el Monasterio del Escorial en Madrid, por orden de Carlos II, y en la decoración de diferentes habitáculos del Palacio de Aranjuez o los frescos en la Iglesia de Santa María de Atocha y en la sacristía de la Catedral de Toledo.
San Bartolomé en el martirio
ca. 1650. Óleo sobre lienzo. 136×95 cm.
En esta obra se observa un tratamiento de la pintura que evidencia la relación e influencia del pintor Luca Giordano con el setabense José de Ribera, de quien fue amigo. Esta influencia se observa entre otros, en el tratamiento delicado y volumétrico de los cabellos y en el modo de dar forma a la musculatura corporal del Santo, cuyos brazos quedan en alto atados a un árbol. Fruto de un trabajo tenebrista, en la obra se observa un gran dominio de la luz y el modelado con que define los volúmenes del cuerpo, cargado además de materia, otorgando una textura con la que el pintor forjaría su estilo más personal, suelto y lleno de dinamismo, tan característico del barroco. Según los estudios sobre el cuadro, todo apunta a que fue realizado durante la etapa juvenil del pintor. Con la fotografía gigapíxel, lo que a distancia parecen formas perfectamente definidas se nos presenta en su ampliación como trazo pictórico puro con el que se modelan las formas, pinceladas cargadas de virtuosismo e intencionalidad.
Museo de Bellas Artes de Valencia
Nº de inventario 2197
Sala 16
Adquirido por la Generalitat Valenciana (1985)